
Había una vez una niñera, que cada sábado por la noche iba a la casa de la misma familia para cuidar a los niños. Ella conocía bien a la familia, y disfrutaba de sus relajantes noches de sábado, ya que los niños se comportaban muy bien. Como siempre, a las 8 de la tarde fue en coche camino a la casa. Ellos la saludaron en la puerta, le dijeron que cogiese lo que quisiera de la nevera y se fueron a pasar la noche fuera.
La chica fue dentro y se...